
En setiembre se recuerdan dos fechas de gran trascendencia para Bulgaria.
El 6 de setiembre de 1885, tras prolongadas deliberaciones, el príncipe Alexander de Battemberg anunció la reunificación del territorio de Bulgaria, que había sido partido en el Tratado de Berlín de 1878 en dos zonas; el Principado de Bulgaria (al norte) y la llamada Rumelia del Este (comprendida entre los Balcanes, los Ródopes y la cadena de Strandzha) volvieron a ser así un solo estado.
El 22 de setiembre de 1908, el rey Ferdinando declaró la independencia del país. Ferdinando, un alemán de nacimiento, fue mucho más lejos de lo que las potencias europeas esperaban de él, pero interpretó a la perfección el sentir del pueblo búgaro, que estaba harto de la dominación turca.
Así unida, Bulgaria ha atravesado muchas dificultades. Sabe que en la unión de su pueblo entre sí y con los otros pueblos de Europa está la clave. Al fin y a la cabo, desde hace 130 años, el lema del escudo de Bulgaria es Съединението прави силата - La unión hace la fuerza.
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